El Sistema de Nombres de Dominio o DNS es un sistema de nomenclatura jerárquico que se ocupa de la administración del espacio de nombres de dominio (Domain Name Space). Su labor primordial consiste en resolver las peticiones de asignación de nombres. Esta función se podría explicar mediante una comparación con un servicio telefónico de información que dispone de datos de contacto actuales y los facilita cuando alguien los solicita. Para ello, el sistema de nombres de dominio recurre a una red global de servidores DNS, que subdividen el espacio de nombres en zonas administradas de forma independiente las unas de las otras. Esto permite la gestión descentralizada de la información de los dominios.
Cada vez que un usuario registra un dominio, se crea una entrada WHOIS en el registro correspondiente y esta queda almacenada en el DNS como un “resource record”. La base de datos de un servidor DNS se convierte, así, en la compilación de todos los registros de la zona del espacio de nombres de dominio que gestiona.
La creación del sistema de nombres de dominio en 1983 sustituyó al procedimiento anterior de resolución, muy propenso a errores y basado en un archivo local de hosts. Este archivo hosts.txt puede encontrarse aún hoy en sistemas basados en UNIX en el directorio etc/ y, en computadores Windows, en %SystemRoot%\system32\drivers\etc.
Gracias al DNS, los usuarios de Internet pueden introducir un dominio, es decir, un nombre fácil de recordar, en la barra de direcciones del navegador. Cada dominio de Internet tiene al menos una dirección IP, que los ordenadores necesitan para poder comunicarse en la red. Un servidor DNS conoce las combinaciones de dominios y direcciones IP o sabe a qué otro servidor DNS debe reenviar la solicitud. De este modo, cuando se accede a una web, primero se realiza una solicitud a uno o varios servidores DNS para poder finalmente realizar la conexión a la página web. Esto hace que los servidores DNS sean elementos fundamentales para el correcto funcionamiento de Internet.