Un hosting es un servicio de alojamiento online que te permite publicar un sitio web en Internet. Cuando contratas un servicio de hosting, básicamente alquilas un espacio en un servidor físico donde puedes almacenar todos los archivos y datos necesarios para que tu sitio web funcione correctamente.
Dónde y cómo se aloja tu página tiene un impacto en su rendimiento. Por ello, debes asegurarte de que el servicio de hosting que elijas sea seguro y confiable. Cuando un servidor no puede completar la solicitud para mostrar una página (lo que también se conoce como tiempo de inactividad del servidor) puede ser difícil, y potencialmente imposible, que los usuarios accedan a tu página. Esto puede costarte la pérdida de usuarios recurrentes, conversiones y ventas.
Es como alquilar un pedacito de espacio en internet para alojar tu página y permitir que se mantenga siempre disponible en la red.
Ahora bien, si imaginamos que el hosting es como un cuarto de hotel donde se aloja nuestra página, el dominio sería la llave de dicha habitación; es decir, lo que nos permite entrar o acceder a ella.
Algunos piensan que hosting y dominio son lo mismo, pero en realidad ambos difieren bastante.
El dominio sería el nombre o la dirección web que permitirá a un usuario acceder a nuestra página desde su navegador. Ese dominio es único en internet y nos mostrará el contenido que se aloja en nuestro hosting contratado.
Así que, a pesar de que hosting y dominio no son lo mismo, ambos van de la mano para que nuestro sitio web aparezca en internet.